martes, 30 de diciembre de 2008

Un telefono, dos teléfonos, tres teléfonos

En mi casa, que no es ni mucho menos el palacio de Versailles ni el de Buckingham, solo un modesto piso de unos ciento veinte metros cuadrados, a orillas del Retiro, llegamos a tener hasta cuatro teléfonos con una sola linea; dos fijos y dos "de rondallas" (creo acertado este calificativo por estar siempre tocando por ahí...).

No cabe la menor duda que el teléfono movil, el inalambrico, y toda esa gran familia de teléfonos es el gran descubrimiento del siglo, pero a veces ese gran descubrimiento se convierte en la más perfecta de las bufonadas.

Su "Majestad El Teléfono" es siempre, y en todo momento el Ser Supremo al que hay que atender, ilico presto, y sin la más mínima demora, nada más decir "aquí estoy yo".
Todo puede esperar pero a su Realeza, hay que darle todas las preferencias del mundo..

Aprovechando las fiestas navideñas mi mujer tuvo la feliz idea de cambiar de sitio un altillo de armario de unos dos metros de largo con cuatro puertas correderas. Para no armar mucho alboroto me dijo que dejaría la ropa de cama en su interior porque no representaba mucho peso. Un altillo de madera prensada lleno de ropa y contando solo con la punta de los dedos , a dos metros de altura y sin mucho espacio para maniobrar, tiene sus migas. Llegamos a la conclusión que la fuerza de tres hombres podría con eso. Pero su Majestad hizo acto de presencia y al momento del levantamiento de pesa, con el muerto encima de nuestras cabezas, una mano se perdió en un bolsillo de pantalón para extraer un pequeño aparatito negro hablante, con solapa para más incordio. De suerte que la conversación fue muy breve, pero la descolocacíon del contrapeso y la fuerza de cinco dedos se acusaron de inmediato. No me extenderé sobre los paseos de las cuatro puertas correderas cuando pierden la horizontabilidad... pero cumplimos est0icamente con la jerarquía - una vez más rendimos todos los honores al teléfono; "el nomber one", prioritario a todos los efectos.

Estas en la ducha, toca el teléfono, sales disparado para ver quién te llama, regando al paso la mitad del salón --. Ah! perdone me ha equivocado...
Estas comiendo (en tu casa o en un restaurante - para eso están los moviles...) - El pesado de turno, que ha comido una hora antes que tú, te llama para contarte su pelicula.
Pero el teléfono es tan atractivo y sublime que cuando no tienes nada que hacer, cuando te aburres, te sientas cómodamente en un sillón y empieza "La Historia Interminable" - Los minutos se van desgranando poco a poco, pero que importa eso ? tengo la "tarifa bloque" y voy a pagar lo mismo...Una cosa es cierta: "Por lo general tus amigos suelen respetarte todo, tus gustos, tus preferencias, todo menos lo aparentemente más absurdo: "tu tiempo".

Y no hablemos cuando estamos viendo una película - te has tragado una hora y media de proyección, todos los anuncios del mundo, y al momento del desenlace final te llama "El de las prisas".
Aquí, tú, desde tu sillón patriarcal, mandas a tu mujer - Tu mujer a uno de los niños, y ante la rotunda negativa del junior y el revuelo familiar que se arma, todo el mundo se queda sin saber quien mató al policia...
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Tan interesantes y largas tienen que ser la mayorìa de estas interminables conversaciones telefónicas, la mitad de las veces para no decir nada. Te das realmente cuenta si en ese momento tu interlocutor está tan relajado como tú? o, sencillamente le estas molestando soberanamente (ya que entre Realezas va el juego...)
Luego llega el supuesto ejecutivo con el tiempo "collé au cu" que llama a su mujer a las dos o tres de la tarde para decirle "...Cariño estoy cruzando el último paso de cebra, dentro de cinco minutos estoy en casa..." y eso le da una alegria a la esposa que está corriendo para terminar de dar de comer a los niños y llevarlo seguidamente al colegio...

Muchas veces le digo a mi mujer "...dejalo que toque hasta mañana..." - Contestación: "...No porque puede ser algo urgente..." y tras un muy breve tira y afloja, uno de los dos se tira ruedo y cuando descuelga... ¡¡¡ Pi, pi, pi, pi, pi....!!! Por lo general, nunca es urgente pero, por si las moscas...Pero lo que sí, es que te acuerdas de la profesión de la madre del que te ha llamado con tantas prisas y que más de cuatro veces, indefectiblemente, eres tu mismo...Otras veces, para variar, te acuerdas de la ornamenta frontal del macho cabrio que te ha llamado...ese te afecta menos.

Una de las cosas que me causan risa es cuando toca un movil en un autobus o un supermercado. Las mujeres levantan sus bolsos para escuchar de más cerca si es el de ella u otro de la cercanía. Si es el de ella, mal asunto porque siempre toca cuando estás en caja...y con la cantidad de cremalleras y chasca que contiene un bolso de mujer...y, a todo eso: la cola esperando -
Para el hombre la cosa es distinta: --- Todos se miran, llevan rapidamente sus manos a los bolsillos que tocan una y otra vez - no hay vibraciones - El toque es la alarma, la temida llegada del pistolero que entra en el Saloon - todas las manos vuelan hacia las cananas - para sacar o no las pist... un telefono.

Otra de las cosas que también me causa risa es ver la forma de hablar de cada persona con su interlocutor invisible... Algunos parece que esten rezando el Rosario - otros se pavonean ante un pequeño aparitito negro o de colorines que llevan pegado a la oreja, otros gesticulan con enfasís ante su locutorio con ademanes muy latino; luego estan los grandes oradores - los superdotados, los mahalem; hablan en voz alta para que todo el mundo disfrute de sus pobres y escuetos conocimientos a sentido único. Un auténtico recital nacional si uno presta un mínimo de atención. Pero no olvidemos tampoco a los que se destornillan de risa... pero eso es normal: están viendo la última del gordo y el flaco....

No hablaré de lo sofisticado de esos pequeños monstruitos. Hoy un teléfono es un mini- stadi como dirían los catalanes, una sala de proyecciones, un ordenador, una agenda, una sala de juegos y mil cosas más . Los mensajes van y vienen, el español escrito se convierte en chabacanero . Pero que importa eso... y las satisfacciones que dan...sin contar las nefastas situaciones que pueden provocar...

Para mí, mis telefonos son para llamar y recibir llamadas. (otros lo tienen únicamente para recibir llamadas - es más barato...) No quiero que un teléfono me coma el coco. No quiero hacer un Master cada vez que surja una nueva tecnología para conocer el manejo de tal o tal nuevo artilugio electrónico.
Según noticias públicadas hace unas cuantas semanas, John Mc. Cain, el candidato Republicano a la presidencia de los EEUU, derrotado en última instancia por Barak Hussein Obama, no sabía enviar un E-Mail. Personalmente estimo que ese desconociminento merece un aplauso. Pues yo también descansé el día que mi movil saturado de mensajes (no leidos) impedía la entrada de nuevos mensajes. Por descontado que me cuidé muy bien de no borrarlos...las aguas volvieron a su cauce y se acabó el chaparrón de molestias baratas.

¡¡¡Ay, teléfono, teléfono!!! - que hoy , no sabemos vivir sin ti.


El Cuervo.