lunes, 19 de mayo de 2008

CHOTIS DEL CHULAPÓN UNIFORMADO

Siempre he tenido un gran respeto por la fuerza del orden público y he procurado actuar con prudencia, fundamento y civismo para todas las cosas.

No hacer competiciones con los demás conductores cuando voy por carretera, ayudar a un ciego cruzando una calzada, no colarme por delante de otros cuando hago una cola en un supermercado, aminorar cachazudamente el ritmo cruzando un paso de cebra, mirando desafiante al conductor del primer coche parado, ceder el paso al peatón que viene atropellándote para pasar primero, saludar cualquier persona que encuentras en el umbral de tu casa... y un largo etcétera de pequeñas cosas que engrandece a cualquier persona que se respete, ya que considero que el respeto hacia los demás es el respeto hacia uno mismo.

Puede resultar un tanto extraño hablar de tanto frair-play y de tantos principios en un siglo donde el ciudadano es empujado inexorablemente, y en todo momento, por enanas manillas de un reloj de muñeca que te gobierna día y noche; sin embargo, no todo son prisas ni agobios para algunos ciudadanos uniformados que representan, en algunos aspectos, la Ley.

Me refiero concretamente a la pareja de agentes dialogantes que, probablemente en misión de servicio... - en este caso concreto, a reloj parado - "pasean" sus uniformes por la acera de una avenida, dando el triste aspecto de pistoleros de las películas del oeste, ya que uno de ellos colgaba sus pulgares en el cinturón de un flamante uniforme dando una impresión de "aquí mando yo...", lo que no deja de ser cierto, pero... (porque en la vida, sobretodo para los escépticos, siempre hay un pero), no tienen que olvidar que ese uniforme que llevan y sus emolumentos que cobra se lo ha "prestado" la ciudadanía, y, lo mismo que se lo da, se lo quita...(ver el latente asunto de los policías de Coslada...)

Este es solamente un caso entre otros muchos, pero citaré dos más que no se pueden tolerar, por cuanto los cuerpos nacionales del orden públicos, tienen que ser una referencia, un ejemplo para el ciudadano porque si ahí hay desmadre, apaga y vámonos...

Hace unos días, me crucé con otra pareja de agentes municipales. Esta vez eran hombre y mujer. También iban a paso lento, dialogando de una manera completamente natural, por lo que pasaban, a mi juicio, totalmente desapercibidos; la agente, masticando un chicle (a ejemplo y semejanza del entrenador del Athletic, Caparrós, pero con menos fuerza e ímpetu). Hasta ahí, la cosa podía medio pasar. Donde ya se cerraban las puertas de la ética, es cuando la agente, llegando a un paso de cebra, hace un globito rosa con el chicle haciéndolo explotar a continuación. Fue una suerte que en ese momento no me miraran, porque, investido de poder (el que da el uniforme), podían haberme preguntado qué miraba y por qué me reía. (hace unos años leí en un periódico que un agente le disparó a una persona porque juzgó que le estaba desafiando con la mirada...)

El tercer caso, y aquí pararé de momento mis primeras críticas, es bastante más benigno: Un agente, hablando a medida que andaba por la calzada con un transeúnte, tenía un cigarro encendido entre sus dedos, disimulado, eso sí, con la palma de la mano. No sé hasta que punto esto es permisible para esos cuerpos que representan la ley. Sé que en acto de servicio no pueden entrar en un bar y consumir, pero en materia de cigarrillos no tengo ni la menor idea, pero
lo que sí sé, es que la impresión que da es la del imberbe al que sus padres le prohíben fumar. Estareis de acuerdo conmigo, de que el resultado , en ambos casos, es igualmente deplorable.


El Cuervo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo he vuelto a leer, esta vez con más calma, y es muy bueno. Me he reído mucho con lo del globito de la agente, jaja.
En cuanto a tu anterior comentario: el maestro SIEMPRE será el maestro, y tu siempre serás mi ejemplo a seguir en todo. Un beso

davibu dijo...

Si quereis saber mi opinión en cuanto a las fuerzas del orden, cada vez les tengo más tirria y me producen más asco.
Las numerosas veces que me he tenido que topar con ellos siempre ha habido un alto porcentaje de ocasiones en las que me han tratado de forma chulesca, abusando de ese poder que, efectivamente les hemos "dado" y con una prepotencia cuando menos innecesaria.
Deben pensar que en este mundo deben pagan justos por pecadores.
Todo esto ha hecho que mi respeto hacia este sector quede un poco "tocado".
La autoridad porque sí, NO POR FAVOR